En la literatura científica es muy sabido que el cáncer de mama, es un cáncer que depende de la  presencia elevada de estrógenos circulantes en el cuerpo para poder desarrollarse (01). Y algunos estudios han asociado a los alimentos de origen animal, con los niveles elevados de dichas hormonas.

Por ejemplo, en este estudio transversal (02), tras haber analizado la sangre y la dieta de 766 mujeres postmenopáusicas, se encontró una asociación fuerte entre la ingesta elevada de lácteos, con el aumento del 15% de estrógenos circulantes.

Mientras que el consumo de carne de rojas, se asoció a una disminución entre 8 y el 13%  de la globulina fijadoras de hormonas sexuales (Hormona, que ayuda a regular los niveles altos de estrógenos).

Sin embargo, en este estudio (03) el consumo elevado de carne roja se asoció a niveles altos de estrógenos circulante en mujeres pre menopáusicas. 

¿La razón?

Bueno, los autores de este estudio (02) indicaron que es posible que las hormonas que vienen de forma natural  en los alimentos de origen animal, pueda influir negativamente en los niveles hormonales circulantes del ser humano.