Se ha demostrado que en la cocción de la carne, como en el proceso de embutidos, se generan varios compuestos llamados aminas aromáticas heterocíclicas (01).
Los cuales, en estudios de laboratorio y realizados con animales, se ha observado que pueden ofrecer efectos carcinógenos (02).

Y debido a que el consumo regular de brócoli y de las coles de bruselas pueden estimular la actividad de ciertas enzimas desintoxicantes de nuestro cuerpo (03).

Este estudio clínico y cruzado (04), tuvo como propósito de examinar los efectos de su consumo diario sobre el metabolismo de dichos compuestos carcinógenos en humanos omnívoros.

Y como se esperó, la ingesta de carnes durante 12 días, causó aumentos significativos de dichos carcinógenos en la orina.

Sin embargo, cuando los participantes incluyeron 250 gr de brócoli y coles de bruselas diariamente a su dieta habitual (en otro periodo de 12 dias) se observó todo lo contrario.

Sin embargo, lo curioso del estudio es que cuando retiraron las plantas mencionadas de la dieta en el siguiente periodo de 12 días. Dichos efectos benéficos continuaron siendo activos

Por lo que los autores del estudio terminaron concluyendo:

Los resultados del presente estudio sugieren, el consumo de verduras crucíferas puede ejercer favorablemente en la actividad de las enzimas desintoxicantes del hígado y por ende también en el metabolismo de las aminas aromáticas heterocíclicas.

¿La razón?
Bueno, parece ser que el glucosinolato del brócoli, una vez dentro
de nuestro sistema, puede conectarse a ciertas enzimas desintoxicantes del hígado y hacer que su actividad se acelere.
Ayudando de esa manera a que haya menos compuestos carcinógenos en la sangre.